el primer proyecto realizado es el de la encuesta a la gente que habitualmente estaba pasando por esa parte del río, que antes habitaban los inmigrantes.
la encuesta estaba conformada por cinco preguntas:
1.- ¿sabe usted que dormían aquí un grupo de inmigrantes venidos, principalmente, del África Subsahariana?
2.- ¿se seinte más seguro desde que no están los inmigrantes?
3.- ¿sintió curiosidad alguna vez del porqué estaban los inmigrantes en el río?
4.- ¿cree que ha sido favorable el proyecto del estanque para la mejora de la zona?
5.- ¿cree que el ayuntamiento debería haberse hecho cargo del realojo de las personas inmigrantes?
entre mi compañero y yo hemos hecho la encuesta a 34 personas, poco más de la mitad de las que nos propusimos, y es que la gente se mostraba un poco reacia a parar, la mayoría de ellos iban corriendo, otros paseando, pero no querían parar, otros decían que acaban de llegar a Valencia y no conocían el problema y otros directamente no querían contestar.
no podemos decir que las conclusiones nos hayan definido demasiado bien a la sociedad valenciana con respecto al problema de la inmigración, pues en la opinión de 25 personas no podemos basar la de 750.000 personas aprox.
de todas formas comentaré las respuestas de los que perdieron dos minutos de su carrera, para contestar a unos estudiantes de arte y trabajo social, con pretensiones de sociólogos.
las personas a las que hicimos la encuesta, estaban entre 27 y 74 años, y fueron un total de 22 hombres y 12 mujeres, algunos a los que les hicimos la entrevista eran inmigrantes latinoamericanos, y la mayoría de posición claramente conservadora, en cuanto a que se trataba de una cuestión en la que se oponía su propia persona a la de un grupo de inmigrantes que venían a ocupar un espacio, sobre el que, en teoría, tiene prioridad el local.
de hecho en la pregunta sobre si se sentían más seguros ahora que no estaban los inmigrantes, poco más de la mitad respondió que sí, 18 personas. algunas, sobretodo, las mujeres nos decían que cuando estaban los sintecho, no solían pasar por allí, mientras que 16 comentaban que el hecho de que estuvieran allí los inmigrantes no les suponía un problema para realizar sus actividades en el río. algunos comentaban que eran gente tranquila, que no causaban inseguridad.
la mayoría de los que pasaban haciendo ejercicio por allí sentía pena por la situación de los inmigrantes, pero alguno nos dijo que molestaban. otros nos dicen que les habían bajado comida alguna vez pero sólo uno o dos se habían interesado por las actividades que con los inmigrantes se llevaban a cabo, como las clases de castellano, sesiones de cine africano, torneos de fútbol... nunca supieron que había una serie de ong's que se preocupaban por regularizar la situación de los subsaharianos, les ayudaban con sus papeles,...
la mayoría de los que pasaban haciendo ejercicio por allí sentía pena por la situación de los inmigrantes, pero alguno nos dijo que molestaban. otros nos dicen que les habían bajado comida alguna vez pero sólo uno o dos se habían interesado por las actividades que con los inmigrantes se llevaban a cabo, como las clases de castellano, sesiones de cine africano, torneos de fútbol... nunca supieron que había una serie de ong's que se preocupaban por regularizar la situación de los subsaharianos, les ayudaban con sus papeles,...
en cuanto a la cuarta pregunta, la mayoría sí piensa que ha quedado bonito el estanque, que se ha mejorado la zona, que se les hace más agradable el paseo desde que no están los inmigrantes..., algunos iban más allá, y nos comentaban que el estanque era un parche que se había puesto al problema de los inmgrantes, y que no había servido para solucionar el problema, en ese sentido no les parecía bien que el ayuntamiento hubiera gastado el dinero de los impuestos para construirlo.
la mayoría también estaban de acuerdo en que el problema era de la administración y que se tenía que haber hecho cargo del realojo, incluso alguno planteaba la creación de una serie de programas de ayuda para buscar empleo, para ayudarles con el idioma..., pero en este sentido los que pensaban que el ayuntamiento no tenía por qué ocuparse de ellos, eran más radicales en sus comentarios y comentaban cosas como que ya no caben más inmigrantes, o que antes de venir debían venir ya con su contrato de trabajo, olvidando que los españoles no hace tanto tiempo, fue país de emigrantes...
en general, lo que podemos extaer de la encuesta realizada a estas 34 personas, es que, como siempre la gente se solidariza con los demás siempre que su bienestar no se vea afectado en ningún sentido. En general, no se piensa en una igualdad de situaciones individuales, sino de una caridad que se da cuando mi más que estabilidad, esté asegurada, y encima mucha de esta caridad sirve para paliar los problemas morales que a muchas personas les causa el ritmo de vida que se ha impuesto en la sociedad occidental, un ritmo que nos arroja a los brazos del consumo, el materialismo y el afán por acumular pertenencias.
la mayoría también estaban de acuerdo en que el problema era de la administración y que se tenía que haber hecho cargo del realojo, incluso alguno planteaba la creación de una serie de programas de ayuda para buscar empleo, para ayudarles con el idioma..., pero en este sentido los que pensaban que el ayuntamiento no tenía por qué ocuparse de ellos, eran más radicales en sus comentarios y comentaban cosas como que ya no caben más inmigrantes, o que antes de venir debían venir ya con su contrato de trabajo, olvidando que los españoles no hace tanto tiempo, fue país de emigrantes...
en general, lo que podemos extaer de la encuesta realizada a estas 34 personas, es que, como siempre la gente se solidariza con los demás siempre que su bienestar no se vea afectado en ningún sentido. En general, no se piensa en una igualdad de situaciones individuales, sino de una caridad que se da cuando mi más que estabilidad, esté asegurada, y encima mucha de esta caridad sirve para paliar los problemas morales que a muchas personas les causa el ritmo de vida que se ha impuesto en la sociedad occidental, un ritmo que nos arroja a los brazos del consumo, el materialismo y el afán por acumular pertenencias.